El cuerpo del delito by Patricia Cornwell

El cuerpo del delito by Patricia Cornwell

autor:Patricia Cornwell [Cornwell, Patricia]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: novela negra
ISBN: 9788439702504
editor: GRIJALBO MONDADORI, S.A.
publicado: 1991-09-08T16:00:00+00:00


10

La Academia Nacional del FBI en Quantico, Virginia, es un oasis de ladrillo y cristal en medio de una guerra artificial. Jamás olvidaría mi primer día de estancia allí años atrás. Me acostaba y me levantaba en medio del rumor de los disparos de las semiautomáticas, y una tarde en que me equivoqué de camino durante la prueba de aptitud por el bosque, poco faltó para que me atropellara un tanque.

Era un viernes por la mañana. Benton Wesley había organizado una reunión y Marino se animó visiblemente cuando aparecieron ante nuestros ojos la fuente y las banderas de la Academia. Tuve que dar dos pasos por cada uno de los que él daba para no quedarme rezagada mientras entrábamos en el espacioso y soleado vestíbulo de un edificio de reciente construcción que más parecía un hotel de lujo, hasta el punto de que todo el mundo lo llamaba el Quantico Hilton. Entregando su revólver en el mostrador de la entrada, Marino firmó por los dos y nos prendimos los pases de visitante mientras un recepcionista avisaba a Wesley para confirmar nuestro privilegiado derecho de admisión.

Un laberinto de pasillos de cristal unen los despachos, las aulas y los laboratorios, y uno puede trasladarse de un edificio a otro sin necesidad de salir fuera. Por muy a menudo que visitara aquel lugar, yo siempre me perdía. Marino parecía saber por dónde iba, así que yo le seguí confiadamente mientras contemplaba el desfile de los alumnos codificados según distintos colores. Los camisas rojas y pantalones caqui eran oficiales de policía. Los camisas grises y pantalones negros de faena remetidos en relucientes botas eran los nuevos agentes de la DEA, la Drug Enforcement Agency, encargada de la lucha contra la droga, cuyos veteranos vestían siniestramente de negro. Los nuevos agentes del FBI vestían de azul y caqui mientras que los miembros del grupo especial de los Equipos de Rehenes vestían de un blanco inmaculado. Tanto hombres como mujeres iban impecablemente aseados y parecían disfrutar de una extraordinaria buena forma. Mostraban un comedimiento típicamente militar, tan tangible como el olor del disolvente para limpiar armas de fuego que dejaban a su paso.

Tomamos un ascensor y Marino pulsó un botón marcado con las letras HH (Hondo Hondo, según el chiste de la casa). El refugio antiatómico secreto mandado construir por Hoover, el antiguo director del FBI, se encuentra a veinte metros bajo tierra y a mí siempre me ha parecido muy acertado que la Academia decidiera localizar su Unidad de Ciencias Conductistas más cerca del infierno que del cielo. Las denominaciones cambian. Según mis últimas noticias, el FBI llamaba ahora a los expertos en diseños de perfiles Criminal Investigative Agents (Agentes de Investigación Criminal) o CIA (una sigla destinada a sembrar la confusión). Pero el trabajo no cambia. Siempre habrá psicópatas, sociópatas, asesinos por placer... o como quiera uno llamar a los seres malvados que disfrutan causando un dolor inimaginable a sus semejantes.

Salimos del ascensor y avanzamos por un desangelado pasillo hasta llegar a un desangelado despacho exterior.



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